miércoles, 28 de febrero de 2024

La infame LEY 8/2023, de 14 de diciembre, de artesanía de Galicia

 

   ¿Qué le pasa a la artesanía? Nada. ¿Y qué pasa con la postartesanía? Pues muchas cosas, podemos aventurarnos a decir que es un paciente pluripatológico que está en un estado agudo, provocado por la acumulación de enfermedades crónicas que empiezan a dar la cara.

   ¿Pero es correcto llamarla así o quizá sería más apropiado hablar de Neo artesanía? ¿O tal vez artesanía post moderna? Porque no podemos negar que lo que anteriormente se conocía por artesanía ha cambiado, ahora es otra cosa diferente, mucho “brillibrilli” y poco fundamento, mucha prensa amarilla y poco libro técnico, mucha faja y poca dieta.

   La artesanía siempre fue y será una actividad económica, un oficio. El componente económico y manual siempre estaba presente, tenía que ser rentable y por ello los procesos debían ejecutarse de forma rápida y precisa. Las jornadas empezaban con las tareas más arduas y una vez finiquitado el tajo, si se acababa y aún quedaban ánimos, se dedicaba un tiempo a los experimentos. Los materiales eran conocidos y probados, los procesos tan interiorizados que podría decirse que estaban “manualmente automatizados”. Se me ocurren varios ejemplos, uno de los que me vienen a la memoria es el de los maestros torcedores de Cuba. Cuando aún hacían los cigarros a mano y las inmensas y calurosas salas de trabajo estaban atestadas de artesanos del tabaco sentados en sus minúsculos puestos. Estos maestros, totalmente especializados, podían elaborar diferentes vitolas, cigarro en boca, sin error, sin distracción, con resultados consistentes, mientras escuchaban como el lector oficial releía, otra vez, la inspiradora escapada del gran Edmundo Dantés de la prisión del castillo de IF.

   También recuerdo la visita pasada por agua a un taller de cuchillería en Riotorto, donde pude ver como el hacedor, cual autómata, trabajaba los materiales en bruto con gran rapidez y destreza para producir en poco tiempo el modelo de navaja que miles y miles de veces había manufacturado. No se trataba de una búsqueda de la excelencia en los acabados ni del máximo rendimiento, solamente se trataba de hacer a mano el producto artesanal que la gente le demandaba. Estaba ante un verdadero artesano.

   Pero nuestros políticos y gestores públicos, miembros electos de entre la "progresía" que todo lo relativiza, han decidido que la artesanía debe ser otra cosa, o muchas cosas diferentes y ninguna a la vez. Y para ello en mi tierra, Galicia, han publicado una nueva Ley de Artesanía, la que ya llamo “La infame LEY 8/2023, de 14 de diciembre, de artesanía de Galicia”.

   En el tercer párrafo del texto nos encontramos con esto “… surge la necesidad de adecuar esta regulación a la nueva realidad del sector artesanal en un marco jurídico adecuado que mantenga y promueva su importancia social, cultural, identitaria y económica y que incre­mente su profesionalización y competitividad, apostando por un sector fuerte y perdurable en el tiempo”.

   Al leer esto me surgieron algunas dudas ¿Qué quiere decir nueva realidad del sector? ¿Se referirá a que la artesanía, cuya actividad ya se realice con máquinas o sin ellas y que depende de la habilidades manuales y conocimientos del artesano, ya ha sido colonizada por arribistas que vienen con el CNC debajo del brazo? Disculpen la ironía, mucho me temo que no es un acto de contrición. ¿E incrementar la competitividad? ¿Se referirá a mejorar los canales de comercialización o a abaratar y aumentar producción bajando costes y precios? Soy desconfiado por naturaleza, quizá porque soy gallego y también testigo del deterioro progresivo del paciente, pero estos juegos de palabras solo me dejan un regusto a falacia. Eso sí, lo de “identitaria” aún no he sido capaz de procesarlo. Se aceptan ideas sobre qué estaban fumando en ese momento.

   En el siguiente párrafo tenemos “La artesanía del siglo XXI es mezcla de tradición e innovación, de arraigo y moderni­zación, de sostenibilidad y progreso, pero, sobre todo, la artesanía gallega son nuestros artesanos y nuestras artesanas, que crean piezas únicas y transmiten los oficios y los valo­res artesanales a las futuras generaciones, situando la actividad artesanal como fuente de desarrollo cultural, social, turístico y económico”.

   En esta ocasión podemos ver un pequeño momento lúdico en el que se permiten un poco de diversión jugando a los contrarios (ojo con el tercero) aludiendo a que la artesanía es una y otra cosa al mismo tiempo. Voy a hacer una interpretación parcial de esto basándome en lo pelada que tengo la parte en la que amargan los pepinos. Podría ser algo así:

-   Un zueco tradicional industrialmente innovado mediante procesos CNC.

-   Un taller situado y arraigado en una aldea de Lugo que es adecuadamente modernizado con la máquina CNC enganchada a los mierdabites del internet rural.

-   Uno de esos productos sostenibles, hechos con madera recogida del entorno del taller y trabajada a mano, será la afortunada víctima del progreso que viene de la mano de los materiales exóticos los procesos industriales y los viajes en buque mercante o camión hasta el taller del artesano modernizado y progresado, para que este lo meta en un paquete de cartón reciclado con la etiqueta impresas de “ECO” y “Hecho a mano”.

   Y no es paja mental, ya está pasando. En cuanto a “los valores artesanales”, a mi me suena a un “All for de Money”, pero ustedes dirán, estoy abierto a escuchar ideas sobre esta fumada Neo-moralista.

   Si seguimos avanzando en el texto nos encontramos: “El capítulo I, bajo la rúbrica de «Disposiciones generales» (artículos 1 a 3), establece el objeto y los fines de la ley y su ámbito de aplicación e incorpora un artículo específico de conceptos que contribuyen a una mayor comprensión del texto legal. En concreto, se actualiza el concepto de artesanía, al posibilitar el empleo de maquinaria auxiliar o de otro tipo de herramientas, digitales o analógicas, siempre que la intervención personal y el co­nocimiento técnico sean determinantes en el resultado final del proceso artesanal”. No se usted, pero yo sigo viendo CNC por todas partes, eso sí, sin autocargardor ya que será requisito algún tipo de intervención personal. Además, creo intuir que dejan la puerta abierta a posibles colaboraciones con otras empresas, lo que, traducido por una mente perversa como la mía, podría significar que van a fomentar la industrialización de partes del proceso y para muestra el punto siguiente “g) La promoción de la creatividad, de la calidad y de la innovación en la producción ar­tesanal gallega y la creación de sinergias con otros sectores productivos”.

   Un poco más adelante tenemos otra perla del caribe:

“1. Artesanía: Toda actividad económica que suponga el diseño, la creación, la producción, la trans­formación, la restauración o la reparación de bienes de valor artístico o tradicional y de bienes de consumo, así como la prestación de servicios derivada de aquellas, siempre y cuando se realicen u obtengan mediante procesos en los que la intervención personal y el conocimiento técnico de la persona o personas que participan en ellas constituyan el factor determinante para la obtención del producto final.

El producto o servicio final debe tener un carácter individualizado y diferenciado que no se acomode a una producción industrial o de servicios totalmente mecanizada, en series o en la que la intervención del factor humano no sea primordial.

La actividad artesanal puede llevar implícito el empleo de herramientas digitales o ana­lógicas, de maquinaria auxiliar y de otros activos, siempre y cuando su uso forme parte de alguno de los procesos de elaboración de los productos o servicios y no sustituya por completo la intervención personal para la obtención del producto o servicio final”.

   Si interpretamos este punto como si fuésemos político de casta, o uno de sus cómplices, yo podría diseñar una navaja, encargar su fabricación a un "gentleman" del continente asiático, recibirla en piezas y proceder a su montaje en mi taller situado en rural gallego. Obviamente tras 14 años en el oficio, mis talentosas y ahora finas manos, dirigidas por mis conocimientos técnicos, marcarían la diferencia para que los tornillos “torx” no llevasen más par de apriete del indicado, la gotica de aceite fuese la adecuada y así esta navaja cobrase vida pasando a ser un magnífico artículo de artesanía contemporánea, correctamente innovado, arraigado y progresado.

   Otra opción de negocio artesano podría ser encargar vasijas al primo del "gentleman" asiático de las navajas y yo en mi taller dedicarme a decorar, como el gran “hampartesano, artista y menjol plesona” que podría llegar a ser, motivos variopintos en cada plato, así tal cual me salgan de los chacras. Y tendría preciosos platos arraigados, innovados, progresados y con un claro carácter individualizado gracias a la inspiración de las hierbas que arden en mi “cigarro” hecho a mano.

   En cuanto a lo de “otros activos” espero de corazón que no se refiera a retomar nuevas formas de esclavitud. O ya veo a algún urbanita apretando los torx de su “costilla” hasta altas horas de la madrugada, anhelando, aunque solo sea una vez al mes, una recompensa en especies según los tornillos hora.

   Como “persona artesana” que soy desde la publicación de esta sentencia ejecutada en negro sobre blanco, sólo puedo manifestar mí total y absoluto desacuerdo además de mi pesar por el finado, que no era adinerado, pero era autentico y hermoso.

   Hagamos de la artesanía un pandero, que estamos en la Gallaecia, que sea todo y nada. Enseñemos a la industria patria y a la apátrida también, como hacer artesanía galaica. Desde este cambio de paradigma ya todos somos “personas artesanas”. Enhorabuena a todos los adoradores de becerros de oro, yo seguiré rindiendo culto al muerto.

Que en paz descanse.   

                                  

 A.Castro. Persona artesana cuchillera

  

  

  

  

 

 

 

 

sábado, 16 de septiembre de 2023

CERRANDO EL CÍRCULO. Clase de caldeo.

      Hace unos cuantos años, conocí a un par de tipos que ya eran amigos entre si, mostraban gran interés por la cuchillería y vivían en mi misma localidad así que los invité a pasarse por el taller a hacer algo.  Fue una decisión extraña ya que soy muy celoso de mi intimidad, no me gusta tener gente por el obradoiro, no solo por el espacio tan justo que tengo actualmente, si no porque nunca había compartido lugar de trabajo y herramientas con nadie, exceptuando aquella vez en la que llegaron a mi pueblo unos individuos cuando yo aún andaba en pañales como cuchillero, fruto de aquel encuentro se forjaron un sanmai, un damasco y una buena amistad. 

   No recuerdo bien que dio pie a esa quedada pero nos juntamos cuatro en mi primitivo taller, hablamos, forjamos a tres martillos, quemamos propano como si nos lo regalasen y comimos. Un día interesante, estábamos en el último trimestre del 2012, por entonces yo ya hacía mis pinitos con los caldeos inox-carbono, algún damasco y estaba afinando los sanmai de inox con D2 y D3, pero apenas tenía herramienta y poco más podía aportar que esos breves conocimientos de caldeo, hicimos lo que pudimos y quiero pensar que fue una vivencia enriquecedora para todos. Querían caldear y caldeamos. 

   En el enlace está ese encuentro.

Encuentro cuchillero


   Volvamos al presente que ya parezco el abuelo cebolleta, de aquellos dos "capullos" (entiendase la confianza actual que hay entre nosotros) que había invitado a currar en el taller, creo que en el 2017-2018, al final solo floreció uno y en las circunstancias más inverosímiles. Entre ambos mis apuestas estaban más con uno, pero el tiempo me demostró que apostar no es lo mío y el más tozudo de los dos, pese a tenerlo todo en contra por la distancia y la escasez de medios salió adelante. 

   Fue una temporada en la que ocasionalmente quedábamos para forjar, lijar, encabar... ellos empezaban desde cero y desde lo más básico iniciamos. El asunto estaba muy justo de m2 y aparatos, tuve que fabricar una fragua de propano para ellos ( hoy en día mi dragón de cabecera) pero con solo una lijadora teníamos que ir con calma y guardando cola. Íbamos progresando, ellos como proyectos de cuchillero y yo como intento de profesor, pero al poco se disolvió el tridente y por temas de trabajo y morriñas, el Manuel se nos fue a vivir muy lejos.

   Y fue en la adversidad que supone la distancia donde encontró la motivación y al poco nos sorprendió con una fragua de carbón, de esas que van con un secador de pelo, una suerte de yunque (un trozo de viga creo recordar), un poco de herramienta variada y menos mal que le regalamos el martillo y las tenazas que le fueron útiles también a modo de consuelo. 

   El caso es que poco a poco empezó a mandar fotos de cuchillos que hacía a partir de trozos de ballesta y limas, al principio parecía que pretendía forjar pistolas en vez de hojas, buena risas me pegué con esos, pero poco a poco fue mejorando y los otros dos fuimos testigos, a traves de la pantalla del teléfono, de una evolución muy interesante a pesar de la ausencia de las herramientas básicas de un taller moderno. Yo intentaba ayudarlo todo lo que podía desde la distancia y a base de mensajes de móvil fui dándole el apoyo teórico que necesitaba. Hoy en día es un artesano del cuchillo, pero tenía una espinita clavada, el caldeo. Así que aprovechando mis vacaciones, montamos mi segunda quedada cuchillera.

   En dos tardes muy intensas conseguimos explicar la teoría, hacer una práctica inicial con hierro y el segundo día caldear y forjar dos paquetes sanmai. Él solo, con lo aprendido del día anterior y con mi ayuda para sacarlo del trance en que lo metían los aceros incandescentes sobre el yunque, consiguió dos caldeos exitosos a fragua y martillo. Decidimos usar el martinete para estirarlo por ahorrar tiempo y porque el tío disfrutaba como una mona golpeando con el oliveras. 

   Actualmente mi colega ya es un cuchillero completo, poco a poco deberá invertir para equiparse y empezar a meterse con trabajos más arriesgados, pero la base técnica y las ganas ya las tiene. Estoy seguro que si no pasa nada raro por el camino, en un futuro no muy lejano dará que hablar en mundo del cuchillo hecho a mano.

   Un pequeño video para que ese día no se pierda en el agujero negro que son las redes sociales.






 NOTA: No cobro por trasmitir mis conocimientos, solo lo hice una vez y no me agradó el regusto que me dejó. NO me parece moral hacerlo por dinero, ni que el acceso al mismo sea tan fácil para cualquiera como realizar un simple pago.  A modo de ejemplo os dejo un enlace y un texto. Salvando las evidentes distancias  y las diferencias culturales, creo que lo explica perfectamente. Disculpad si hay errores en la traducción, tenéis enlace del texto original al final del artículo.


Cómo convertirse en aprendiz de espadero en Japón

El número de personas que desean convertirse en herederos de la tradición de la espada japonesa mediante el aprendizaje tradicional en Japón ha crecido considerablemente. Esto se debe probablemente a la internacionalización de las comunicaciones, dando la sensación de que la cultura muy remota y peculiar de la espada japonesa es ahora más accesible, y probablemente lo sea.

No hay entrada secreta ni criterios elitistas para convertirse en aprendiz de espadero en Japón. Sin embargo, la información sobre el tema es escasa, y los obstáculos culturales y lingüísticos han enfriado a más de uno. Es probablemente por tales razones que tan pocos extranjeros han probado sus manos en ello. Existe la leyenda de un occidental que habría establecido su propia fragua a finales del siglo 19, pero no se sabe mucho sobre él. Luego está el más conocido Keith Austin, aprendiz del difunto "Tesoro Nacional Viviente" Miyairi Yukihira, en realidad al mismo tiempo que Kawachi Kunihira, el maestro de Kiyota, pero desafortunadamente falleció en 1997. Muchos más parecen haber ido y venido durante unos pocos años o incluso unos meses de estadía, algunos practicando el oficio hasta cierto punto en su país de origen, otros recurriendo a campos completamente diferentes.

Hay, a principios del siglo 21, alrededor de 250 forjadores de espadas trabajando en Japón. Sin duda, cada uno de ellos tiene su propia opinión sobre lo que debería ser la espada y su aprendizaje, sus propios hábitos y personalidad, y hasta cierto punto su propia cultura. El enfoque explicado aquí se relaciona con la experiencia personal del autor, su propia comprensión de la cultura y las costumbres, y también con sus creencias. Ciertamente hay otras formas que conducen a un resultado similar, pero probablemente no idéntico.


Un aprendizaje clásico implica que el aprendiz resida en casa de su maestro. Vive entre la familia y ayuda con las tareas diarias. Durante el aprendizaje, uno obviamente aprende técnicas, pero sobre todo es aprender a reconocer la calidad y las condiciones que lo permiten. Incluso con décadas de práctica, un herrero aislado no podría hacer una espada japonesa fina simplemente porque no sabría lo que es. Vivir por el maestro de uno permite empaparse de sus estándares (lo que justifica la importancia de elegir al mejor artesano en un campo determinado) y así hacerlos propios.

A principios del siglo 21, las consideraciones financieras, sociales y culturales están en la raíz de la diversidad en la artesanía y los formatos de aprendizaje relacionados. Algunos fueron remunerados durante la burbuja económica de finales de la década de 1980, mientras que muchos exigen que se pague una pensión. Algunos aprendices viven solos y llegan a casa de sus maestros todos los días. Ya no hay normas, pero para la calidad esperada.


No hay instituciones académicas donde se pueda aprender la espada japonesa. Para forjar cuchillas de más de 15 cm en Japón, se debe tener licencia del Ministerio de Educación. Para obtener esta licencia, uno debe pasar por el aprendizaje con un herrero con licencia durante al menos 4 años, después de lo cual se le puede permitir tomar la prueba anual para nuevos herreros. La prueba consiste en la fabricación de una espada, desde la materia prima hasta el pulido básico y dura aproximadamente una semana. La mayoría de los aprendizajes duran aproximadamente 5 años.

El factor decisivo, por lo tanto, es ser aceptado por un herrero con licencia como su aprendiz.
Así es como...

El maestro y el aprendiz

La relación entre maestro y aprendiz es personal, y para toda la vida. No es la de un maestro y su alumno, porque no se espera que el maestro enseñe nada. Se espera más bien del aprendiz que asimile tanto conocimiento como sea posible mientras comparte la vida de su maestro. Tampoco es un superior y su subordinado, ya que no hay remuneración ni contrato. No hay intercambio: la relación es autoritaria y unidireccional, de maestro a aprendiz. ¡No es una asociación! Será deber del aprendiz transmitir sus conocimientos a la siguiente generación.

Al ingresar al aprendizaje, Kawachi le dice al estudiante de primer año que, si el maestro mira a un cuervo negro y dice que la cabeza del cuervo es blanca, la única respuesta del aprendiz debería ser "¡sí señor!". En otras palabras, es por defecto que lo que piensan los aprendices está mal, y lo que piensa el maestro es correcto, incluso si la verdad es diferente, o incluso cuando los aprendices y el maestro piensan igual.

El maestro es un artesano en el trabajo. El aprendiz es la persona que viene a su lado, y que observa, en su mayoría, y ayuda, dependiendo de sus habilidades. Kiyota a menudo dice que la única tarea real del aprendiz es ser regañado.

Es interesante notar que maestro y aprendiz, como cualquier otra denominación, tienen su valor solo dentro de una relación dada. En otras palabras, el maestro no es un Maestro, sino el maestro de su aprendiz. Por lo tanto, el maestro es él mismo aprendiz frente a su propio maestro. ¡No hay denominación absoluta! No existe tal cosa como un Maestro. Tenga cuidado con aquellos que pretenden lo contrario.


Condiciones

Para ser aceptado como aprendiz en un oficio tradicional japonés dado, las consideraciones de raza, nacionalidad, estatus social, dinero, experiencia, habilidades, talentos, antecedentes académicos, idioma, currículum vitae y, en la mayoría de los casos, género no tienen importancia (ciertos oficios todavía están reservados para un género determinado, aunque esto está cambiando rápidamente).

Entonces, ¿qué es necesario?

Lo que sigue podría constituir fácilmente una lista exhaustiva de los criterios requeridos:
– Ser querido por el maestro
No por encantarlo conscientemente, sino simplemente con la naturaleza de uno, al igual que los extraños que se gustan o no se gustan a primera vista; El futuro aprendiz no tiene mucho control sobre esto.
– Paciencia – Honestidad – Modestia
– Silencio – Devoción y esfuerzo
sostenido
– Mente abierta y flexibilidad
(principalmente relacionada con tensiones culturales inevitables)

Eso es todo. Si sólo uno fuera aislado, sería paciencia. Un elemento clave de todos los éxitos japoneses y de la cultura japonesa en general. Paciencia como ningún occidental puede concebirlo. De hecho, incluso para los jóvenes japoneses, la paciencia se desarrolla a lo largo de su educación. En japonés esto se expresa como "gaman". Esta palabra no tiene equivalente directo en inglés, pero podría explicarse a través de las palabras resistencia, moderación, paciencia y tolerancia.

Aunque las condiciones se enumeran anteriormente, ¡el método aún no se proporciona!
Sigue leyendo...

Los forjadores de espadas japoneses son solo seres humanos. Aunque su cultura específica es única, tienen los mismos anhelos, miedos y alegrías que la mayoría de los seres humanos en este planeta.

Lo que es importante entender es que los artesanos de alto nivel en Japón realmente sienten que es una gran responsabilidad transmitir la tradición a las generaciones futuras. No pueden permitir que sea perpetuado por almas tibias que dejarían caer los estándares mismos de su oficio. Aceptar a un aprendiz es una responsabilidad tanto frente a la tradición como a la del pensamiento individual para hacer esta elección de vida.

No importa cuánto estés convencido de que quieres ser un forjador de espadas o cualquier otro artesano en una tradición seria, solo ten en cuenta que los deseos, al igual que los miedos, no son menos valiosos o importantes que la niebla. Van y vienen, sin importar su intensidad, y vivir de acuerdo con ellos implica una vida de esclavitud a la mente. ¡Solo piense en cuál era el enfoque de su "deseo de vida" hace un año ... !

No importa cuánto estés convencido de que estás dispuesto a hacer los sacrificios necesarios, no tienes forma de saber cuáles son esos sacrificios. La única forma de conocer es la experiencia, y la experiencia no se puede imaginar ni leer.

Los japoneses son generalmente muy conscientes de eso. Por lo tanto, realmente no les importa cuánto estás dispuesto o deseando fuertemente hacer esto o aquello, porque saben que esto también pasará.

Lo importante es tu propia personalidad. ¿Eres honesto? Porque una persona deshonesta, en todos los niveles de la expresión, no puede hacer un buen trabajo. ¿Eres paciente? Porque la paciencia será necesaria para que sigas adelante cuando la niebla de tu entusiasmo se despeje, dejando solo sudor, dolores corporales y aburrimiento como compañeros en tu viaje. ¿Estás inspirado? Porque una mente aburrida no puede hacer un trabajo brillante. ¿Eres un aprendiz rápido e intuitivo? No es porque a uno se le enseña que uno aprende. ¿Estás listo para sacrificarte? No importa si crees que lo eres o no, la pregunta es "¿lo eres?".

Es muy difícil prepararse para este tipo de evaluación. Es una cuestión de existencia, de forma de vivir y pensar. Sé que toda mi vida hasta los últimos años me ha preparado para ser aceptado como aprendiz, pero no me estaba preparando conscientemente para nada más que tratar de materializar mi visión ideal de mí mismo.


Pero hay trucos que pueden ayudarte a evitar contratiempos culturales y sentir el camino por ti mismo.

Paciencia. « Todo llega a los que esperan. » ¡Esto no podría ser más útil en este caso! ¿Qué son cinco años, diez años, si realmente quieres hacer un compromiso de por vida?

Sin dudar. La vacilación es una demostración de falta de enfoque. Y la falta de enfoque es un defecto fatal en cualquier práctica.

Actuando el papel. Si ya te comportas como aprendiz (haciendo tu tarea sin que te lo digan o te pregunten, aprendiendo el idioma, las costumbres y los modales, manteniendo tu enfoque recto, sin importar lo que te digan, siempre estando disponible y útil pero no exigente, etc.), se sentirá natural aceptarte.

Tomarse el tiempo para construir relaciones. Un completo extraño no puede convertirse en el aprendiz de un completo extraño. Las implicaciones son demasiado grandes para hacer tales movimientos.

... ¡Y la lista continúa!


Como en Roma hacemos como romanos, el primer deber del futuro aprendiz es asimilar las costumbres, comprender la cultura (o al menos aceptarla) y la historia local, y aprender el idioma. No se espera que uno se convierta en un buen erudito de todas las cosas japonesas, ni en un Shakespeare del idioma local, pero para esperar ser servido en su propio idioma y de acuerdo con sus propias costumbres al aprender un oficio tradicional, uno debe ser claramente arrogante.

Afortunadamente, al menos en el caso de Japón, aprender la cultura solo puede elevar el espíritu de uno, y asimilar el idioma está lejos de ser imposible. Todo lo que cuenta, como se mencionó anteriormente, es la paciencia. Y la paciencia nunca falta en Japón.


Entonces, todo comienza con venir a Japón. En primer lugar, ¡obviamente!
¿Cómo podrías convertirte en un aprendiz sentado en tu teclado o en una cafetería en algún país extranjero?

" ¿Por cuánto tiempo? "

¡Esa es la pregunta equivocada perfecta! ¡¿No se mencionó la paciencia?!
Por lo tanto, no se hará esta pregunta.
De hecho, ¡este tipo de paciencia!

Mantenerse caliente y seco, asegurarse de que el Camino sea seguro y que todos los puentes estén sanos, y luego solo ponerse en movimiento no es cómo se hace esto. Se trata más bien de caminar hacia la meta y, una vez en el acantilado, pisar el vacío con fe en que el puente estará bajo el pie, paso tras paso.

Es siguiendo el Camino que se abre,
no contemplándolo desde un lugar seguro...

Es importante entender que la verdadera intención del futuro aprendiz es más importante que sus palabras y acciones. El que realmente tiene la intención de convertirse en aprendiz de forjador de espadas en Japón ya está comprometido, y eso se nota. No espera a ser aceptado para dedicarse por completo. Por lo tanto, el compromiso se mostrará al maestro, y la elección se hará más fácilmente.


Paso a paso

Una vez establecido en Japón, mientras uno se ocupa de alojarse y alimentarse y de adquirir los conceptos básicos de su nueva cultura, uno puede comenzar a ponerse en contacto con los forjadores de espadas. Las visitas y las charlas son el camino a seguir, sin mencionar ningún aprendizaje, o al menos no en forma de solicitud.

Los problemas de visa siempre son un desafío. La visa "Bunka Katsudo" (Actividades Culturales) es apropiada para el aprendiz con un garante en Japón y no necesita recibir remuneración de ningún tipo o manera. Alguien que necesita trabajar puede querer buscar una visa de trabajo, pero eso generalmente implica trabajar de 25 a 50 horas por semana, lo que no deja mucho tiempo para el aprendizaje. De lo contrario, ¡enamórate de un local y cásate!

Uno identificará entonces uno, tal vez dos individuos bajo los cuales convertirse en aprendiz parece una perspectiva interesante. Uno continúa visitando al artesano para construir la relación. El futuro aprendiz no debe evitar confrontar su sueño con la realidad. En muchos casos, los sueños deben mantenerse como tales, y los soñadores no deben evitar admitirlo a sí mismos. Uno no debe tener miedo de cambiar de opinión antes de dedicarse al aprendizaje, porque una vez embarcado, cualquier renuncia hace que toda la aventura sea una tremenda pérdida de tiempo y energía tanto para el maestro como para el aprendiz.

En algún momento, la posibilidad de convertirse en aprendiz de alguien aparecerá naturalmente durante la conversación.

Lo que sucede en el momento adecuado no necesita ser forzado. Si uno fuerza, significa que no es ni el momento adecuado ni lo correcto.

Sin embargo, el futuro aprendiz debe tener cuidado con aquellos que ofrecerían un aprendizaje con demasiada facilidad. Los mejores artesanos son los más reacios a aceptar aprendices porque conocen el camino y saben que solo uno de cada miles, si no más, tiene lo que se necesita. Por lo tanto, uno siempre debe dirigirse al mejor artesano en un campo determinado. Las preferencias personales de gusto, personalidad o actitud no deben prevalecer sobre lo único que realmente cuenta: la calidad del trabajo.

Porque la calidad es la verdad.

Fuente: https://soulsmithing.com/2007/10/how-to-become-a-swordsmith-apprentice-in-japan/





jueves, 14 de septiembre de 2023

NOTA INFORMATIVA, MANDIL Y SANMAI

NOTA:

   Muy buenas, después de darle muchas vueltas y valorar cuales son mis fortalezas y debilidades, decidí aceptar que las redes sociales no son lo mío, así que voy a recuperar el medio original de comunicación de mi trabajo, el blog. No abandonaré los canales modernos, intentaré usarlos para desviar a la gente a esta web, pero mis esfuerzos pasarán de intentar conseguir visualizaciones, seguidores y comentarios a crear contenido un poco más extenso y quiero pensar que de mayor calidad.

   Muchos dan por muerto este formato, la gente no lee, la gente no tiene paciencia… suelen argumentar, y tienen razón si el objetivo es llegar a grandes masas sociales, pero si lo que se busca es llegar a un pequeño grupo de gente que sigue un tema tan minoritario como la cuchillería, resulta que sí es una herramienta adecuada. El blog permite a su autor explayarse en el relato de sus ideas o en las explicaciones que requiere su trabajo, con la certeza de saber que el que accede a un blog lo más seguro es que no tenga reparos a la hora de ponerse a leer.

   Así que este es el nuevo plan, cada día que vaya al taller, que últimamente son pocas veces, intentaré crear una entrada en este blog relatando y explicando mi actividad como artesano cuchillero. Habrá días en que los que me olvidaré, otros en los que la actividad sea tan monótona y repetida que no merezca la pena comentarla, pero se trata de un blog personal, así que me esforzaré en intentar transmitiros mis vivencias como cuchillero lo mejor posible, aunque técnicamente muchas no resulten trascendentes.

   Empiezo…

 

 

   Es bastante habitual que los artesanos tengamos que gastar parte del tiempo disponible para trabajar en tareas de mantenimiento de herramientas, útiles y demás material que se utiliza en el taller. Según como se den las averías hay veces que no es poco y puede tenerte en el dique seco durante muchas jornadas, no es el caso de lo que me tocó hacer ayer.

   Ya hacía tiempo que estaba demorando la modificación del único mandil que tengo que me resulta cómodo usar, fue un regalo de mi mujer y destila calidad mires por donde lo mires, pero calidad no siempre está ligada con funcionalidad y una mala elección de los elementos de sujeción provocaba que se soltase del cuello en el momento menos esperado.

   Tras unos minutos pensando en si poner corchetes o sujeciones más grandes decidí mantener el estilo original y optar por lo segundo. No tiene mucho misterio, se trata de desenroscar un par de tornillos y colocar los elementos nuevos, pero como todo, si lo quieres hacer bien lleva su tiempo. Por suerte no llevaban adhesivo en la rosca y todo fue fácil.

   Os dejo unas imágenes.

 


 






Aquí podéis ver la diferencia de tamaño


 

Ya estaba listo para ponerme a currar


   Los mandiles de cuero son un elemento de protección típico de la herrería, no tanto de la cuchillería ya que en gran parte del proceso de creación de una herramienta de corte resultan incómodos, pero desde hace un tiempo me estoy obligando a usarlo, por lo menos cuando voy a utilizar la amoladora o la fragua. No son pocas las veces en las que he visto arder camisetas o pantalones por no llevarlo y no estamos para andar tirando ropa por no poner el mandil.

 Aclaración: con mis publicaciones no pretendo sentar cátedra sobre el tratamiento térmico o trabajo de los aceros, solo son el relato de mis experiencias y opiniones como artesano. Para tener datos objetivos y contrastados se debe acudir a bibliografía y autores académicamente autorizados.

   Hace un par de días caldeé un par de paquetes de acero sanmai (ya sabéis, la traducción del japones supuestamente es “tres capas”) A modo de resumen rápido, por si hay por aquí alguien nuevo, se trata de soldar en fragua (como dicen en forjado a fuego) tres piezas de acero o acero/hierro. Un mismo metal en los laterales y acero para la parte central o núcleo que hará la función de filo. Esto permite durezas muy altas manteniendo una buena tenacidad, y dejo una pequeña definición que encontré en internet de qué es la tenacidad, ya que hay mucha confusión al intentar usar este término.

 

“Tenacidad: La tenacidad en los aceros, es la capacidad que tiene el material de deformarse plasticamente y absorber energía antes de fracturarse, generalmente cuando está sometido ante esfuerzos de impacto”

https://www.cga.com.co/blog/principales-propiedades-metalurgicas-del-acero/

  

   No solo se trata de buscar una mayor tenacidad, más bien esa tenacidad es resultado del porqué real de esta técnica tan usada en la cuchillería de todo el mundo desde hace siglos. Pero habrá tiempo para hablar de eso en otro momento.



   El tema es que hacía tiempo que no caldeaba un sanmai inox/carbono, laterales de acero inox y núcleo en acero carbono. Y he de reconocer que albergaba ciertas inseguridades. Para la ocasión elegí acero inox 420 y acero C130 (usado en navajas de afeitar). Una buena combinación, ya que con este acero tenemos la suficiente cantidad de carbono (1,2 - 1,3%C) como para no temer por una descarburación excesiva del núcleo por la migración del mismo a consecuencia del proceso de caldeo y forja, pero a su vez me acota mucho los márgenes de temperatura de trabajo que marcarían el éxito o fracaso del proceso de caldear. Como tenía dos paquetes decidí hacer un pequeño experimento relacionado con el enfriamiento posterior a la sesión de forja.

   No es raro encontrar artesanos que presentan grietas en los núcleos de sus sanmai (con la consecuente pérdida de tiempo y materiales) En aquellos casos en los que el caldeo se hace en el taller este fallo suele estar relacionado con las temperaturas de forja/caldeo (fusión parcial del núcleo por ejemplo) y sobre todo con las velocidades de enfriamiento posteriores. Hay que entender que estamos juntando en una misma pieza dos metales diferentes que muchas veces tienden a endurecerse a temperaturas y con velocidades de enfriamiento muy dispares. Las tensiones generadas entre metales en enfriamientos relativamente rápidos como puede ser el aire ambiente para los inox, pueden llevar a la aparición de grietas y fracturas. Para evitar esto se suelen utilizar diferentes métodos para evitar la rápida bajada de temperatura del paquete de acero recién forjado, como son enterrar la hoja en vermiculita, en ceniza, en arena… Pero en contra de la creencia popular estos métodos de retrasar el enfriamiento no son tan eficaces como se piensa.

   Vamos a la pomada, tras el caldeo de los sanmai y después de una mínima forja, enfrié los paquetes hasta unos 550º C (controlando con el pirómetro) después los calenté y dejé una hoja enterrada en vermiculita y otra quedó enfriando en el horno eléctrico que estaba precalentado a 840ºC. Al cabo de dos días, cuando pude volver a pasar por el taller, inicié las comprobaciones oportunas de ambos paquetes. Mi método es sencillo, corto la punta y la lijo un poco, si esa sección está bien, en mi caso y según mi experiencia el resto no suele fallar, pero si la punta esta mal, casi con toda seguridad el resto (o parte) lo estará también y ya ni me molesto en seguir forjando la pieza o gastar valiosos recursos (abrasivos y discos) para seguir verificando el resto del caldeo. 

Puntas cortadas con la amoladora

Resultado tras pasar por la lijadora a grano 40

 

   Muchos piensan que el enfriamiento en vermiculita o ceniza desde una temperatura adecuada les llevará a obtener una pieza con un recocido de regeneración, sobre todo en aceros que precisan un enfriamiento tan rápido como el C130, pero no es así. Para “demostrarlo” (quiero poner un gran énfasis en las comillas) sometí las dos piezas a un ataque ácido con Nital (alcohol + ácido nítrico) y así poder apreciar la estructura macroscópica del acero del núcleo. En una vemos un “grano” grosero típico de los aceros con recocidos de regeneración y en el otro la habitual estructura “fina” de un acero normalizado.

Izq. Horno eléctrico y derecha vermiculita
 

   Por tanto tendremos que tener en cuenta que el enfriamiento en estos materiales (vermiculita, ceniza…) puede ser lo suficientemente lento para evitar el agrietado del acero carbono central ( por tanto válido para evitar el agrietado) pero nunca nos llevará a obtener una hoja con recocido de regeneración, y con toda seguridad el acero inox de los laterales, en caso de ser templable, tendrá una dureza considerable (pese a presentar una estructura macroscópica grosera) y por tanto cierta fragilidad.

   Como curiosidad comentaros que devolver a la normalidad la estructura de estos aceros inox después de un caldeo no es ni fácil ni barata, ya que suele requerir de prolongadísimos ciclos térmicos que en ocasiones no son efectivos, ya que algunos aceros inox presentan un estado “grosero” casi irreversible con medios convencionales, por no decir que este ciclado afectaría negativamente al acero del núcleo. Tampoco es algo que deba preocuparnos demasiado, ya que estos laterales inox quedarán dúctiles tras el temple de la hoja, debido a la baja temperatura usada para endurecer el acero central.

Mi bidón de vermiculita

 

   Otro análisis interesante sería el que estudie cual de las dos formas de enfriar el paquete caldeado es más rentable para un taller artesano. La cuchillería japonesa utiliza ceniza y vermiculita con mucho éxito, si bien es cierto que no es habitual que hagan caldeos inox-carbono en los talleres. Eso será tema para otra ocasión.

 

Un saludo.

A.Castro